8 de septiembre de 2008

Primeras lecciones

Mi primer beso lo recibí a los 13 años jugando a la botella borracha, en la azotea de la casa de una amiga.

La botella borracha era el pasatiempo preferido de mi barrio en aquellos días de apagones, formadores y acné. En poco tiempo había desplazado al mata-gente, al bata, al kiwi, y a los demás juegos de infancia. El castigo más recurrente, por supuesto, eran los besos. Así que, técnicamente, había besado a casi todas las chicas del barrio antes de aquella tarde en la azotea de Valeria. A pesar de ello, cuando Bruno sentenció que Sara debía darme un beso mi corazón comenzó a latir tan fuerte que podría decirse que sabía mejor que nadie lo que significaría para mí ese castigo.

Sara se levantó y se arrodilló a mi lado con una sonrisa dulce y tímida. La imité en silencio colocándome frente a ella con las manos en mis rodillas. Temblaba. Sus ojos grandes y negros siempre me habían puesto nervioso. Sara se inclinó lentamente hacia mí y empujó sus labios contra los míos. Sentí la humedad de su aliento. Sentí una culebrilla traviesa explorar mi boca grácilmente intentando dominarla por completo. Era la sensación más hermosa del mundo. Su lengua y la mía ejecutaban a la perfección una danza desconocida, ajena a todo aquello que nos rodeaba en ese momento. La felicidad -recién lo entendía- podía beberse de los labios de una mujer.

-¡Oigan! ¡Estos dos se están besando de verdad! -gritó Bruno arruinándonos el momento. Lo odié con todas mis fuerzas.

Sara se levantó y volvió a su sitio. Al rato dijo que tenía que regresar a su casa y se fue.

La volví a ver unos días después en casa de Valeria. Esa tarde también jugamos a la botella borracha pero los besos de verdad esta vez no fueron para mí. Fueron para un chico piurano que se mudó a mi calle un par de años antes. La vi besarse con él como quien ve a otro ocupar su lugar. Y por primera vez en mi vida fui infeliz.

La tristeza también se escondía en los labios de una mujer.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces, sería paja que la tristeza se quede en esa categoría.

Heriditas dijo...

super romantico chico nube...
también jugué a la botella borracha, fue mi primer beso, con renzo mi amor platónico, que será de el.

p.d. te conteste acerca del nebuloso lugar

Daniel dijo...

los celos de chibolos son los mas jodidos.. te entiendo accurately

El Chico Nube dijo...

Raulín: Más triste sería que la paja se quede en esa categoría. Ja!

Heriditas: Gracias por el dato, espero ir pronto. Por cierto, es la primera vez que alguien me llama súper romántico.

Daniel: Me has hecho buscar en el diccionario "accurately".

Ps.- Debo dejar de beber en los almuerzos del trabajo.

El Chico Nube dijo...

No sé si fueron celos, Daniel. Creo que simplemente me rompieron el corazón.

Jose Carlos dijo...

Maldito Bruno!!!