26 de agosto de 2008

Sin ganas de postear

Estoy solo
Pero siempre estoy solo
Porque el Desierto
No admite compañía
Si sobre él anduves

[Luis Hernández]

25 de agosto de 2008

Ex-dependiente

Ayer almorcé con mi ex. Me llamó temprano para pedirme que por favor la ayude con un proyecto que tenía que presentar hoy a primera hora. En retribución su mamá me prepararía un riquísimo chupe de camarones. Así que, a pesar de los justificados reclamos de mi familia (a la que sólo veo los domingos), terminé pasando el día en casa de Ximena.

Es curiosa la relación de dependencia emocional que tengo con mis ex. No puedo alejarme de ellas por mucho tiempo y me es casi imposible guardarles una pizca de rencor a pesar los culebrones que he tenido que atravesar con más de una. Creo que abrir completamente el corazón a alguien supone un esfuerzo tan grande para mí que ya nunca lo puedo volver a cerrar. Debe ser por eso que las quiero y las extraño tanto. Y ellas también lo hacen (aunque temo encontrar cierta condescendencia en algunas de ellas por la forma en que me dejaron).

Parte de la conversación del almuerzo fue Sonia. Ximena me preguntó si estaba saliendo con alguien y no encontré ninguna razón para decirle que no, como otras veces. Me sentí bien de no tener nada qué ocultar y creo que ella se sintió agradecida de que no me presentara tan hermético como lo he sido desde que terminamos. De alguna forma esta conversación saldó muchas de las dudas que manteníamos sobre poder llevar a buen puerto una amistad (más allá de las buenas intenciones). Además, es la primera vez en casi dos años que no me siento disminuido a su lado debido a todo lo que pasó.

Me tranquiliza notar que, así las cosas con Sonia no se den como yo quisiera (pues aún es demasiado pronto para saberlo y el pesimismo es mi bandera), el solo hecho de andar tan excitado con la situación me está ayudando a resolver parte de los conflictos internos que venía arrastrando desde mi última rúptura.

19 de agosto de 2008

La ex de mi mejor amigo

Acabo de recibir un mensaje de la ex de mi mejor amigo en el que me propone salir a tomar algo esta noche. Y le he respondido que no.

No se crean que soy un gran tipo porque no lo soy. Hace sólo unos meses tuve una reacción muy distinta ante una propuesta idéntica. Aquella vez acepté salir con ella y terminamos en mi cama haciendo lo que se supone uno no debe hacer con la ex de su mejor amigo. Y la verdad es que la pasamos muy bien.

Pero esa misma noche, mientras hacíamos un descanso, mi celular comenzó a sonar insistentemente. Sí, era mi amigo, el ex de la chica que tenía desnuda a mi lado. Entré en pánico, no sabía qué hacer. Daba vueltas y vueltas alrededor del aparato sin atinar a levantarlo. Ella, divertidísima con la situación, me impelía a contestar para no levantar sospechas (pues le había comentado que íbamos a hacer algo juntos aunque, definitivamente, no "eso"). Yo, por supuesto, me sentía en medio de una gran joda para Tinelli.

Al final, tocado de nervios, no contesté y, prácticamente, inventé una excusa para salir corriendo del departamento. Ella, por supuesto, me mandó justificadamente al diablo y desapareció por un par de semanas. Cuando nos volvimos a ver, ambos parecíamos haber quedado curados del susto. Eso sí, como era de suponer, ella le contó todo a su mejor amiga, ésta a la suya (que nunca es la misma), y así, sucesivamente, hasta que la historia llegó a los oídos de mi pata. Él, felizmente, tomó todo deportivamente.

Me pregunto si realmente le gusto a esa chica. Es guapa, divertida, abierta. Lo malo es que estoy demasiado agotado para averiguarlo.

Nadie sabe para quién trabaja

Conocí a "R" en una discoteca hace unos seis años. Estudiaba diseño con mi amiga Ceci, que me la presentó esa noche. Hicimos "click" en el acto: a la media hora mi amiga nos sorprendía besándonos detrás de la escalera que conducía a la pista de baile. Ceci, lindísima, me hizo tal escena de celos que sirvió de excusa perfecta para sacar a "R" de la disco. Sin embargo, una vez afuera el viento y cuatro subversivos tequilas desbarataron todos mis planes: debí conformarme con sujetar el cabello de "R" mientras ella devolvía parte de su almuerzo sobre un arbusto.

Nos vimos unas cuantas veces más sin mejores resultados. Siempre pasaba algo que arruinaba el momento, como aquella vez que su mamá entró a su casa mientras nosotros nos desvestíamos en el mueble de la sala. Por qué nunca recurrimos a un hostal? no lo recuerdo; supongo que ninguno podía pagarlo. Pero sí que la pasamos súper bien ese par de meses en que fuimos casi amantes.

Ahora "R" está casada y tiene dos hijos pequeños, de uno y tres años. Anoche, después de mucho tiempo, me la encontré en el chat y hemos estado recordando buena parte de esto. Reconstruimos con lujo de detalles cada uno de los frustrados encuentros que tuvimos y, también, nos confesamos esos pequeños detalles que nos excitaban tanto del otro en el pasado.

De pronto, en el clímax de la conversación, "R" me pide que le dé la dirección de mi casa para ir a buscarme. Pero mi respuesta ya no encontró destinatario: se había desconectado.

A la media hora recibí un mensaje de texto: "¡Gracias! Acabo de tirarme a mi esposito".

3 de agosto de 2008

El estribillo dominical

La frase favorita de mi viejo en los almuerzos dominicales es: "hijo, ¿cómo va lo del postgrado?"

Lo triste es que un postgrado no es ni un objetivo lejano por el momento. Creo que no podría sobrevivir ni a un curso de seis meses.

La verdad es la siguiente: me aterra hacer planes para mí solo, temo conocer a alguien y no tener dónde hacerle un espacio.

Mi chica termo

-Hola! Q planes para más tarde? -me escribe al celular Sonia, una guapa y provocativa chica que me trae loco desde marzo.
-Ninguno. Pero muero de ganas de tomarme unas chelas. Tú no? -respondo sin pensarlo mucho.
-Yo tb! Sabes quién toca hoy en La Noche?
-Hay un tributo a Smashing Pumpkins. El grupo que toca es bastante bueno según me han dicho -concierto al que, siendo honestos, no pensaba ir antes de recibir su mensaje de texto.
-Q chévere! =)
-Bueno, te apuntas entonces? -insisto tratando de aterrizar la cita.
-Pues creo q sí. Justo he qedado en salir con un amigo. Gracias! =) -sentencia con otra horrible carita feliz.

No sé si estas cosas le pasan a todos los hombres o yo soy un perfecto idiota. Pero esta rutina con Sonia se repite por lo menos dos veces por semana y empieza a parecerme una broma de mal gusto. Desde el día en que la conocí (y le robé un primer beso en un taxi) quedó bastante claro que yo no estoy buscando convertirme, precisamente, en su mejor amigo.

Quizá mis amigos tengan razón y me he topado con ese indolente personaje urbano conocido como "chica termo".

2 de agosto de 2008

Como la garúa

"Mi amor fue limeño, mortecino y desesperado como la garúa". Luis Loayza, Otras tardes.

Qué frase para más puntiaguda. Dolorosamente cierta en mi caso, dadas las circunstancias.

Mis últimos amores han sido así: opacos, sin vigor, desorientados. Como aquel que sabe que la carrera ya está perdida pero hace un último y desesperado esfuerzo por llegar a la meta. Como un fósforo a punto de apagarse. Como la garúa.