La frase favorita de mi viejo en los almuerzos dominicales es: "hijo, ¿cómo va lo del postgrado?"
Lo triste es que un postgrado no es ni un objetivo lejano por el momento. Creo que no podría sobrevivir ni a un curso de seis meses.
La verdad es la siguiente: me aterra hacer planes para mí solo, temo conocer a alguien y no tener dónde hacerle un espacio.
04.04.25 a las 4
Hace 1 mes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario